¿Es «riquezas», o «Deseado»?

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¿Por qué algunas versiones traducen Hageo 2:7 como «sus riquezas llegarán hasta aquí» (NVI)*, en lugar de «vendrá el Deseado de todas las naciones» (NRV95)?
La respuesta a su pregunta es un tanto técnica, porque incluye cuestiones de la sintaxis y gramática hebreas. Durante largo tiempo, ese pasaje fue considerado una profecía mesiánica, que anunciaba la llegada del Mesías. Pero la mayoría de los comentaristas bíblicos han renunciado a esa lectura del texto, tal cual lo reflejan traducciones más recientes. Trataré de explicar algunas de las dificultades del texto, y ofrecer argumentos para apoyar una de las traducciones. 1.  El problema: En hebreo, el verbo traducido como «llegarán» se encuentra en la tercera persona plural masculino/femenino. El sustantivo traducido como «riqueza/deseado» (khemdat) es singular femenino. No hay concordancia entre el número del verbo (plural) y el sustantivo (singular). Esto significa que “deseado/riqueza” difícilmente puede ser sujeto del verbo. Por ello, la mejor traducción acaso no es «vendrá el Deseado». Hay un segundo problema: El sustantivo khemdat puede ser traducido como «deseo» o como «valioso, precioso». ¿Cómo decidir cuál es el término correcto para este pasaje? Estos problemas abren la puerta a diversas interpretaciones y traducciones. 2. Posibles nuevas traducciones: Para resolver el problema de un sustantivo singular en oposición a un verbo plural, se ha sugerido que el sustantivo «deseado/riqueza» posee un sentido colectivo. En otras palabras, tiene forma singular pero significado plural. Es una solución posible, pero no queda clara la traducción «las cosas deseadas/la riqueza de la naciones llegarán [al templo]». Otros creen que esa sugerencia es muy débil, y prefieren seguir la traducción griega, en la que se usa el sustantivo hebreo en plural. En ese caso, el término hebreo khemdat es cambiado a khamudot (plural). Note que solo las vocales cambian. Es una solución posible, pero dado que enmienda el texto hebreo, no es «deseable». Esas dificultades han llevado a que otros aduzcan que la mejor traducción debería ser «Ellas [las naciones] vendrán/traerán la riqueza de todas las naciones». Queda un poco mejor. Pero la pregunta es si khemdat significa «deseado» o «riqueza». Se sostiene que «riqueza» cuenta con el apoyo contextual, porque se menciona específicamente en el siguiente versículo (vers. 8). Es decir, el Señor promete a su pueblo que como acto de homenaje a él, las naciones brindarán los recursos financieros que se necesitan para la construcción del templo (véase Isa. 60:5; Zac. 14:14, 17). 3. El Deseado de las naciones: Creo que es mejor trabajar con el texto hebreo tal cual lo tenemos, y traducirlo de la siguiente manera: «Ellas [todas las naciones mencionadas en Hageo 2:7] vendrán al Deseado de todas las naciones, y llenaré el templo de gloria [la gloria del Mesías]». Permítame que le explique. En primer lugar, el sustantivo khemdat designa lo que tiene valor y, por lo tanto, es deseable. No solo se aplicaba a las cosas sino también a los reyes israelitas como el «deseado» de la gente; es decir, el rey que la gente quería (1 Sam. 9:20; compárelo con 2 Crón. 21:20; cf. Dan. 9:23; 10:11, 19). En segundo lugar, en contexto, Hageo 2:7 va precedido de una descripción de una manifestación de Dios (una teofanía) que sacude el cosmos, lo que incluye de manera particular, las naciones de este mundo. Dios está viniendo con poder, y el resultado es que las naciones hallarán en el Mesías el verdadero deseo de sus corazones. En tercer lugar, en Hageo 2:8, la referencia al oro y la plata indica que para el Señor, esas cosas no son tan importantes. Lo importante es que su gloria, manifestada en el Mesías, llenará el nuevo templo y producirá paz (vers. 9). En cuarto lugar, la combinación de una teofanía y una profecía mesiánica también está presente en Hageo 2:21-23. Se usa la presencia poderosa del Dios que sacude el cosmos para presentar otra profecía mesiánica. Zorobabel, que tenía ascendencia real, era un prototipo del nuevo David, el Mesías que vendría, que llegaría a ser «anillo de Dios», es decir, tendrá autoridad real como el siervo escogido de Dios (Hageo 2:23). ¡Ojalá qué Cristo siga siendo el Deseado de nuestro corazón!
*El texto bíblico de la NVI pertenece a La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 de Biblica, Inc.® Usada con autorización. Todos los derechos reservados.